miércoles, 8 de julio de 2015

Jhonny el Rojo

Acercaos a la hoguera niños, que os voy a contar una historia, la historia de Jhonny, Jhonny el rojo.

¿Que porqué era el rojo? Porque le gustaba el rojo, le apasionaba, pero escuchad, no hablo del color.
Cuentan que su padre era carnicero, que gracias a eso descubrió el rojo y le gustó, tanto que se cortaba su propio cuerpo solo para poder verlo, ver como caía, como goteaba.
Cuentan que cuando veía a su padre en acción se emocionaba y la gente creía que era porque adoraba a su padre, necios, si hubieran sabido la verdad a tiempo.
La única verdad es que las paredes de su casa acabaron pintadas de rojo, pero claro, quien iba a culpar a un pobre niño.
Cuentan que siguió los pasos de su padre, pero los animales, pobres, le acabaron cansando.
Siempre tenía la cara pintada de rojo, pero era carnicero, algo normal en su oficio pensaba la gente.
Cuentan que en otoño, en cierta ciudad del norte apareció un pintor.
Que pintaba las calles de rojo y de rojo también pintaba las casas.
Imaginaos niños, familias enteras unidas por un solo color, bañadas por un solo color.
La luna siempre era roja, pues cada noche ese color cubría la ciudad igual que las hojas cubrían los parques.
Cuentan que le acabaron llamando el carnicero, porque sus obras bueno, digamos que no estaban pintadas por un profesional, ¡Que maravillosa coincidencia! Pensareis.
Cuentan que el invierno que siguió al otoño fue el más rojo en toda la historia, que lo que la nieve se esforzaba en tapar, él se esforzaba en destapar, ambos batallaban con dureza y crueldad.
Cuentan que Jhonny estaba cada día más feliz, en su carnicería, CON su carnicería, que la gente sospechaba, que siempre salía de noche y nunca volvía o que de tanto en tanto se llevaba mujeres a su casa, todas pelirrojas, todas distintas y nunca nadie las veía salir. Pero él sonreía, siempre, SIEMPRE con su cara pintada de rojo.
Cuentan que trajo nueva carne a su carnicería, sabía diferente, pero a la gente le gustaba y bueno, si preguntaban siempre creían lo que Jhonny les contara, el BUENO de Jhonny. Eran otros tiempos.
Cuentan que debido a las repetidas sospechas un detective se acabó colando en su casa, pobre, acabó en el manicomio y lo único que pronunciaba era la palabra rojo.
Cuentan que el detective bajó al sótano, y estaba pintado de rojo, incluso había una bañera llena de ese color, que había mujeres en celdas y otras tantas colgaban del techo con un precioso vestido rojo, pero a la vez desnudas.
Era la cueva del carnicero, era la cueva roja y el detective lloró y sacó su revólver.
Cuentan que el detective esperó sentado en un sillón frente a la puerta de la casa durante toda la noche y cuando la puerta se abrió disparó y disparó hasta que su arma sin balas quedó.
Cuentan que Jhonny se revolcó en su propio rojo antes de morir, que murió sonriendo y prometiendo que volvería algún día y pintaría de nuevo las calles, las casas y al mundo de rojo.

Por eso niños, cuando los árboles comiencen a cambiar de hojas y el viento se torne frío, llevad cuidado cuando caiga la noche y esteis fuera de casa, porque puede que acabéis pintados de rojo.




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